
Palma de Mallorca es mucho más que una ciudad costera con sol y playa. Es historia, arquitectura, rincones con encanto, buen comer y un ambiente mediterráneo difícil de superar. Ya sea que vengas de escapada de fin de semana o estés haciendo una ruta por la isla, Palma te atrapa desde el primer paseo por su casco antiguo. En esta guía te contamos qué ver en Palma de Mallorca con una selección de lugares imprescindibles y algunos consejos para que aproveches al máximo tu visita. Ponte calzado cómodo, lleva agua (y protector solar si es verano) ¡y a recorrer la ciudad! La Seu no es solo el edificio más icónico de Palma, es uno de esos lugares que te deja con la boca abierta. Su silueta gótica se alza frente al mar, sobre las antiguas murallas medievales. Pero lo realmente espectacular está dentro: columnas altísimas, uno de los rosetones góticos más grandes del mundo y una atmósfera mística gracias a la luz que entra por sus vidrieras de colores. Además, en el siglo XX, Antoni Gaudí dejó su huella en una restauración que añadió elementos muy peculiares, como el baldaquino flotante del altar. Si visitas en verano, no te pierdas subir a las terrazas: las vistas sobre el casco histórico, el Parc de la Mar y el mar Mediterráneo son inolvidables. Justo al lado de la Catedral encontrarás el Palacio Real de la Almudaina, un castillo con alma árabe y espíritu medieval. Este edificio empezó siendo un alcázar musulmán y fue adaptado al gusto cristiano tras la conquista. Hoy, todavía se usa como residencia oficial de verano de la Familia Real Española. El recorrido por sus salones reales, patios y terrazas te transporta siglos atrás. Al salir, aprovecha para perderte entre los estanques, pérgolas y fuentes de los Jardines de s’Hort del Rei, que recuerdan a los patios andalusíes. Uno de los mayores placeres en Palma es simplemente caminar por su laberinto de calles estrechas, algunas de ellas apenas más anchas que tus hombros. Aquí se esconden auténticas joyas: las casas señoriales con sus patios interiores mallorquines, silenciosos, frescos y llenos de historia. Algunas de las calles más bonitas para ver estos patios son Estudi General, Morey, Portella o Sol. Y si te gusta el modernismo, no te pierdas edificios como Can Forteza Rey o el antiguo Gran Hotel. Junto al casco antiguo, el Call Jueu o barrio judío conserva su estructura original. Fue hogar de una de las comunidades hebreas más importantes de la Corona de Aragón, hasta que fue perseguida y expulsada en el siglo XV. Aún puedes recorrer sus calles con nombres evocadores como Montesión, Seminari Vell o Torre de l’Amor. Allí encontrarás la Iglesia de Monti-Sion, construida sobre una antigua sinagoga. Caminar por aquí es una forma de conectar con la historia más compleja y fascinante de la ciudad. A solo 3 kilómetros del centro, en una colina rodeada de bosque, está el Castillo de Bellver, uno de los pocos castillos circulares de Europa. Lo construyó Jaume II en el siglo XIV y fue residencia, cárcel y hoy es el Museo de Historia de la ciudad. Desde el castillo se ve toda Palma: el puerto, la Serra de Tramuntana… ¡una pasada! En pleno centro histórico, este edificio gótico del siglo XV fue el centro de comercio marítimo de Palma. Su interior, con columnas helicoidales que parecen palmeras, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica civil del Mediterráneo. ¡Es una parada fotográfica ideal! En una callejuela tranquila del centro se encuentran los Baños Árabes, uno de los pocos restos islámicos conservados en la ciudad. Es un sitio pequeño pero muy especial. La sala principal tiene una cúpula sostenida por columnas recicladas de otros edificios romanos y musulmanes. La Plaza Mayor es el corazón social del centro. Porticada y animada, está rodeada de bares, tiendas y artesanos. No muy lejos, en la Plaza de Cort, verás el antiguo ayuntamiento y un olivo centenario que ha sido testigo de siglos de historia. Desde aquí puedes seguir por calles como Colom o Sant Miquel, llenas de tiendas locales y pastelerías donde probar una ensaimada auténtica. Este museo de arte moderno está integrado en la antigua muralla defensiva de Palma. En su interior encontrarás obras de Miró, Barceló, Picasso y otros artistas contemporáneos. Pero incluso si no entras, la terraza del museo es uno de los mejores miradores de la ciudad. Si te gustan los barrios con alma, no te pierdas Santa Catalina. De barrio de pescadores a zona de moda, mantiene su esencia en fachadas coloridas y molinos de viento, pero ahora tiene algunos de los restaurantes, bares y tiendas más interesantes de Palma. Visita su mercado para ver (y probar) productos locales y disfruta de una tapa o una copa en alguna de sus terrazas. Si quieres vivir una experiencia que combine historia, diversión y misterio, Escape The Town es para ti. Esta actividad gamificada te lleva a recorrer los rincones más emblemáticos de Palma mientras resuelves enigmas que te descubren su historia, secretos y curiosidades. Una forma única y entretenida de conocer la ciudad, ideal tanto si viajas solo, en pareja o con amigos.La Catedral de Palma
Palacio Real de la Almudaina y los Jardines de s’Hort del Rei
Pasea por el casco antiguo y descubre los patios mallorquines
El barrio judío: El Call
Castillo de Bellver
Sa Llotja: joya del gótico civil
Baños Árabes: rincón escondido
Plaza Mayor y Plaza de Cort
Es Baluard
Santa Catalina: el barrio más cool
¿Quieres descubrir qué ver en Palma de Mallorca de una forma diferente?